Una vez leí algo así como:
"De querer a alguien a amar a alguien hay la misma diferencia que entre ser fiel a alguien y ser leal a alguien: Neuronas.
... Aunque hay veces que sobran."
Curioso que amemos a las personas equivocadas, o en el momento equivocado. Hoy he recibido una carta cuyo entero contenido no desvelaré, ni denunciaré a su remitente, pero que expresa entre otros sentimientos:
“Quiero el frío por el que justificaba tu calor... Busco los aromas afrodisíacos para poder perderme en ti... Huéleme lentamente, soy la mora perdida en el bosque, tú eres la bestia que rastreaba la inocente gacela, pérdida encontrada, encuentros deseados, error de la fortuna...
Hazme tuya, eso es lo que soy, no me busques más allá de las fantasías de alfombras mojadas sin nadie más que tu imaginación.
Una sombra en la pared blanca de tu habitación. Juegos en las sombras. Sombras tuyas. Juegos en las sábanas. No quieras más de mí. Demasiados daños en la sombra...”
Qué puedes decirle a alguien que se expresa así cuando piensa en ti. Cómo puedes sentarte frente a ella y mirarle a los ojos. Gritarle: ¿por qué no derribamos nuestros puentes hace años? ¿Por qué tratamos de reconstruir lo irrecuperable? ¿Es realmente irrecuperable? ¡Dioses paganos que miran por los hombres!
“Parecía que era uno de esos días pasados de la vida repetitiva de ese ayer... Mismos despertares. Mismos sinsabores del desayuno de esta chica sola. Mismas querencias de amor idiota... mismos todo... Todo parecía ser igual...
Pero no era así.
Fue tan solo escuchar tu voz al teléfono, todo en mi cambió. Eres mi sueño y desvelo. Eres el verso necesario para mi rondalla. Esa gota que necesito para que no convertirme en veneno.
Eres lo que necesito para ser completa. Eres mi luz y mi penumbra. Fuiste y eres siempre ese tú, que fue mi TÚ durante tanto tiempo, y eres... aquel que nunca dejó de serlo... mi TÚ por el que soy pequeña... Eres TÚ que me devuelve a la vida. Eres mi TÚ.”
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