domingo, 3 de agosto de 2008

Ella se marcha. Necesito a Ani.





Esta tarde tengo pocas ganas de hacer cosas. Ella se marcha, y aunque es probable que pronto nos veamos, me he acostumbrado tanto a su presencia que quince días sin verla se me pueden hacer eternos. Quizá por ello me he puesto a escuchar a Ani Difranco, mi cantante fetiche a la que recurro puntualmente en tramos de mi vida en los que necesito una guía hacia alguna parte. Sus canciones, crudas y sensibles a un tiempo, igual combativas que inocentes, crean en mí una atmósfera de búsqueda interior que termina por impulsarme a centrar mi caos.

Letras como las incluidas en "Joyful girl" siempre me han llegado muy dentro:

"Everything I do is judged

and they mostly get it wrong

but oh well

cuz the bathroom mirror has not budged

and the woman who lives there can tell
the truth
from the stuff that they say

and she looks me in the eye
and says,
would you prefer the easy way?

no, well ok then
don´t cry"

Realmente, todas las canciones de Ani Difranco tienen una historia que contar. Lo mejor es que siempre podemos identificarnos de algún modo con sus letras. Sobre su música, el punteo de su guitarra acústica parece oscilar entre el desgarro de un corazón que quiere abarcar el mundo y el terciopelo con el que a veces quiere cubrir las heridas que le han causado esas mismas historias que tanto afán pone en contarnos. Ani siempre ha contado su vida a través de su guitarra. Nos ha mostrado cómo ha evolucionado y cómo cada uno debe continuar su propia evolución en la vida. Sin etiquetas. Sin lugares comunes impuestos por otros.

El último cd de Ani, "Canon", un grandes éxitos seleccionado por sus propios fans (yo voté!!), es un punto de partida ideal para quienes no la conocen pero podrían verse identificados con una persona de alma inquieta y un deseo de vivir inaudito.

Hoy es una tarde para escuchar a Ani. Y para pensar en ella.

No hay comentarios: